Tajine de CONEJO al estilo ibérico.
¡Hola de nuevo, amigos de Entheca!
Hacía mucho tiempo que no publicábamos nada. Desde que cerramos la web, perdimos con ella también el blog de recetas y creemos que es hora de retomar nuestra pasión por los fogones de la antigüedad.
Volveremos a cargar aquí todas las recetas que teníamos en la web para todos aquellos amantes de la arqueo gastronomía. O como siempre nos gustó definir, haciendo un término muy nuestro; GASTRO HISTORIA.
Para celebrar esta inauguración, hemos preparado hoy un plato inédito, que nos retrotrae a través del paladar a los fuegos de los oppida íberos y celtíberos de nuestra peninsula.
¿Acaso hay algo más ibérico que el conejo?.
¡Pues vamos a por él!
En esta receta para 4 personas necesitamos los siguientes ingredientes:
- 1 conejo troceado.
- 750ml de caldo de verduras.
- 2 ramas se canela.
- 1 diente de ajo.
- 1/2 cebolla.
- 1 cucharadita de hierbas provenzales.
- 1 cayena.
- Pimineta molida.
- 3 o 4 orejones o ciruelas pasas.
- 1 cucharada de miel.
- 1 cucharadita de pasas sin semillas.
- 1 Tostada de pan de harina de espelta.
- Almendra molida.
- Pistachos o Almendras.
- Comino en grano.
- Orégano.
Antes de nada... puede que algunos os preguntéis, ¿qué es la Tajine o Tajín?. Pues es una especie de olla de barro que consta de dos partes. Un plato de un diámetro considerable y no muy hondo y una tapa con forma cónica donde se concentran los vapores del guiso, subiendo y bajando en un movimiento rotatorio, impidiendo así que se resequen los alimentos cocinados y conservando todo su sabor y cualidades. El diseño de esta tapa condensa el calor sin la necesidad de temperaturas elevadas en la base.
A este menaje de cocina, se le atribuye un origen árabe. En Marruecos se usa de forma muy habitual hoy en día para infinidad de guisos. Pero... ¿Pudo usarse en época ibérica un instrumento similar en sus fogones?. Tal vez algunas de las piezas cerámicas halladas en yacimientos íberos, cuya finalidad exacta continúa siendo un misterio, tengan la respuesta.
Vamos con la receta:
- Hacemos un caldo de verduras con puerro, zanahoria y cebolla, al que le hemos puesto un poquito de curry en polvo y lo reservamos.
- Mientras se estaba haciendo el caldo, hemos puesto la base de la tajine al fuego con una chorradita de aceite y hemos marcado el conejo y salpimentado.
- Una vez marcado, le añadimos algo más de 1/2 litro de caldo y guardamos el resto.
Aquí le ponemos las 2 ramitas de canela, 1 diente de ajo y 1/2 cebolla bien picaditos y 1 cucharadita de hierbas provenzales y un poquito de azafrán.
Le ponemos la tapa (acordaos de poner agua en el cuenquecillo que tiene arriba) y ponemos a fuego medio.
- Preparamos ahora una salsa en el vaso de la batidora, con:
Orejones, higos secos o ciruelas pasas. (2 o 3 de cada depende del tamaño), una cucharilla con pasas sin semillas y una cucharada de miel. Le ponemos caldo y una pizca de sal y batimos.
El resultado sería algo así. En nuestro caso es anaranjada por los orejones.
- Ahora es el momento de bajar el fuego casi al mínimo.
Como con la tapa no se produce evaporación, el caldo no espesa, así que procedimos a picar una tostada de pan de harina de espelta con un par de cucharadas de almendra molida para conseguir espesarlo un poco. También podéis ponerle pan rallado, maicena previamente tostada o incluso pan normal.
Removemos un poco y tapamos de nuevo.
Ahora tenemos unos 30 minutos de cocción lenta.
- Mientras, freímos en una sarten unos pistachos o unas almendras crudas; según dispongáis u os apetezca y después unas semillas de comino.
Las almendras o pistachos las usaremos como acompañamiento en el plato al final y el comino, lo pondremos en un platito por si alguien se atreve a ponerse por encima una vez servido el plato. Ojo con el comino. Tiene un sabor muy intenso que no a todo el mundo gusta.
- Tras una media hora de cocción ya casi esta listo para comer. En este punto le ponemos una cayena, subimos el fuego hasta llevar a ebullición un par de minutos, apagamos y dejamos reposar
El resultado es un plato muy sabroso. El conejo sale muy tierno. Prácticamente se deshace, y se aprecian unos toques especiados que nos recuerdan a los guisos marroquíes y que puede que tampoco fuesen muy diferentes de los que se pudieron cocinar en la antigua Iberia.
- Finalmente, emplatamos decorando con un poco de orégano picado que le da un toque de color y aromas muy de campo y ya lo tenemos listo para comer.
Que lo disfrutéis y hasta la próxima receta ibérica.
¡ULE! Salud
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